Para ello primero calentamos el chocolate en una cazuela y le damos vueltas para que no se pegue.
Cuando ya está calentito, uno se encarga de repartir en los vasos a los compañeros.
Partimos el roscón de tal manera que haya para todos.
Y preparados para comer, con mucho cuidado no nos vayamos a comer la haba o el regalito.
Estaba buenísimo ¿Verdad Cesar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario